martes, 20 de septiembre de 2016

Las burbujas de la falsa ilusión, el falso optimismo, son muy bonitas, pero lejos de hacernos bien, nos hacen mucho daño. Tenemos un exceso de pensamiento mágico que no nos sirve, estorba y no ayuda.
No se puede seguir haciendo mal las cosas solo porque se quiere. Hay que reconocer que: no puede hacerse todo, hay alguien mejor que tú. No pasa nada si no eres el mejor en lo que querías ser. Hay que luchar, pero no obsesionarse, no se puede ser feliz todo el tiempo.
No se puede decir a alguien que es mediocre porque no haga lo que tú crees que debería hacer. Hay que luchar, combatir, pero también se ha de ser consciente de que no todas las historias de éxito son posibles.
El exceso de pensamiento mágico es una burbuja que nos prohíbe tener emociones, sobretodo negativas como: no sufras, no llores, no tengas miedo. Hay dolores que requieren lágrimas, dolores que necesitan ser gritados, quejas que se convierten en revoluciones y ayudan a cambiar el mundo.
Cualquier sentimiento es bueno en su justa medida. No fabriques fantasías cuando quieras realidades. Si quieres realidades enfréntate a la vida. La vida no es perfecta, es injusta, dolorosa, divertida, alegre, aburrida… es contradictoria pero no perfecta.

"La vida no tiene que ser perfecta para ser maravillosa"